Mi nombre es Ana Maria Moreno, desde hace 10 años pertenezco a las Comunidades Cristianas de la Parroquia de Cristo Redentor, y desde entonces mi Cuaresma ha sido completamente diferente....
Desde el inicio de cada año mi gran alegría es llegar con gran plenitud a la Semana Santa para vivir intensamente mi Triduo Pascual, que año con año ha sido más intenso. Tengo que decir que mi familia si bien es cierto ha sido muy católica; durante la Semana Santa no han estado conmigo, pues salen de San Salvador, lo cual ha hecho que yo siempre la pase solita en mi casa yendo a los servicios de la parroquia sin ellos.
Desde que anunciaron la Cuarentena en nuestro país, no imaginé inicialmente que la Semana Santa iba a ser diferente.... pero cada día que se acercaba más a ella me percaté que TODO iba a cambiar! Este encierro obligatorio me dió dichosamente la oportunidad de vivir la Semana Santa junto a mi familia, y el Triduo Pascual si bien no pude vivirlo en la Parroquia, lo viví en el seno de mi hogar acompañada por todos ellos.
No dejo de sentir una serie de sentimientos encontrados pues si bien he extrañado cada detalle de mi parroquia, a mis amigos, mis hermanos de Comunidad, a mi párroco el Padre Jaime, esta Semana Santa prácticamente me devolvió el gozo de vivirlo resguardada con mi familia.
Desde el jueves Santo empezamos a preparar el altar y las lecturas bíblicas, la misa por TV y cada detalle se iba haciendo con cariño y esmero. El viernes Santo iniciamos con ayuno y oración, haciendo el Vía Crucis enfrente del delicado altar que ya habíamos preparado hasta con lajas de piedra para hacerlo más real.
¡¡Vivimos ese viernes Santo con gran ensimismamiento y dolor, que se me profundizó cuando leía el evangelio de ese día y pensando cuantas veces he sido yo ese Pedro que ha negado a Jesús con tantos pecados!! Lloré amargamente por eso pero me consolaba saber que la Vigilia del día siguiente traería consigo La Resurrección!!! Y así en la noche del sábado nos dispusimos a escuchar frente al Altar, la misa del p Jaime, que fue hermosa a pesar de verla por un celular y en una iglesia con escasas personas...... para luego terminar celebrando La Resurrección de Cristo!!!
Mi corazón estaba alegre y a la vez triste de recordar los años previos celebrados en la Parroquia con tanto detalle y alegría rodeada de todos mis hermanos. Hoy Dios quiso que mi alegría fuera completa: ¡¡¡mi familia estaba conmigo y eso es mi tesoro!!! Entre toda la zozobra y angustia que rodea nuestro país este virus, nuestro Señor Jesús llegó a cada uno de nuestros hogares, y se quedó en nuestros corazones haciendo que Su Pascua sea perfecta y reine en nuestros corazones.
He extrañado tanto mi parroquia, a mis hermanos, a mi Párroco, pero Dios en Su Misterio obró para que lo viviéramos en familia, yo acompañada de ellos y ellos acompañados de mí. ¡¡Fue una Semana Santa que jamás olvidaré, una Semana Mayor llena de la presencia de Dios!!
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